%0 Generic %D 2015 %T La Complejidad Economica de Chiapas %A Hausmann, Ricardo %A Cheston, Timothy %A Miguel Angel Santos %X

Chiapas es el estado más pobre de México, y también el menos diversificado en su estructura productiva. Según los hallazgos de este reporte, esa dualidad no es una coincidencia casual. La escasa complejidad económica de Chiapas, medida tanto por la escasa sofisticación de sus exportaciones como por la exigua diversidad en la composición de su empleo, es uno de los factores asociados a sus bajos niveles de ingreso y escaso crecimiento. Para cambiar el patrón de crecimiento de Chiapas es necesario cambiar su estructura de producción, haciéndola más compleja y sofisticada.

Afortunadamente, existe un enorme potencial para que diferentes lugares de Chiapas se muevan de manera gradual hacia productos e industrias de mayor sofisticación, con base en el conocimiento con el que ya cuentan hoy en día. No todos los lugares tienen el mismo potencial; la diversidad de capacidades productivas que existe en México se reproduce hacia el interior de Chiapas de manera fractal. Nuestros análisis indican que la variedad de niveles de ingresos hacia adentro de las regiones sigue siendo mayor que las diferencias entre los promedios de esas regiones. Esta característica justifica la utilización de un enfoque municipal, centrado en aquellas zonas urbanas de mayor población, con suficiente diversidad y sofisticación como para justificar un análisis de productos e industrias “adyacentes” de mayor complejidad que requieran capacidades similares a las ya existentes. Este enfoque reconoce que la esperanza en el corto plazo para muchos ciudadanos que no habitan en la vecindad de las regiones más sofisticadas del estado está en la posibilidad de moverse gradualmente hacia niveles de productividad agrícola más alta.

En este reporte se identifican cuáles son los productos e industrias que ofrecen las mejores posibilidades de diversificación productiva para incrementar la complejidad económica de cuatro de los municipios más complejos de Chiapas, considerando sus capacidades iniciales. Como resultado, se presenta un resumen diferenciado de las principales posibilidades y los retos que debe superar cada lugar para capitalizarlas. Comitán de Domínguez debe centrarse en resolver restricciones logísticas asociadas a conflictos sociales para capitalizar sus posibilidades como destino turístico de alto nivel, y desarrollar una base de fabricación de artículos para el hogar y textiles. San Cristóbal de las Casas está bien posicionado para aprovechar las habilidades desarrolladas en la producción de artesanías y transferirlas a la de textiles sofisticados, en adición a nuevas oportunidades en recubrimientos metálicos, y fabricación de alimentos y bebidas. Para materializar el potencial de Tuxtla Gutiérrez se requiere reconvertir ese amplio sector de servicios que responde a la demanda creada por el gasto público en la capital del estado, en una base de manufacturas más diversa.  Los principales candidatos para movilizar esa transformación productiva son los sectores de textiles y peletería, procesamiento de alimentos, y ciertas categorías particulares de maquinaria por línea de producción.

De todas las regiones de Chiapas, Tapachula es la que posee mayor potencial para expandir su base exportadora hacia productos de mayor complejidad. La región concentra la mayoría de las exportaciones del estado, y cuenta con la creación de la Zona Económica Especial (ZEE) y su parque industrial que permiten abordar nuevas capacidades productivas más complejas y adyacentes. Se identifica el potencial de los productos plásticos, de pinturas y películas, y de metalurgia, de relojes y equipos de soldadura, como unas oportunidades únicas en el estado para promover su transformación productiva.

Nuestro reporte concluye con una reflexión sobre la necesidad de traducir la identificación de los potenciales de cada una de las regiones en una realidad distinta, en una economía diversa, compleja, y próspera. La transformación productiva de Chiapas comenzará por la mejora de la productividad agrícola y la creación de oportunidades en las zonas urbanas que permiten aglomeraciones de conocimientos diversos en firmas complejas. El crecimiento económico en Chiapas no requiere innovación, sino más bien de que el estado aprenda del resto de México a producir de manera eficiente los bienes que el resto del país ya produce.  

Esta posibilidad exige a su vez de la existencia de un sector público capaz de convocar a firmas existentes, y otras que ya operan en el resto de México, para inaugurar nuevas facilidades de producción en Chiapas, combinando nuevas tecnologías y conocimientos con los que ya existen en la región. Así, se va desarrollando de forma gradual la densidad de su tejido productivo y diversidad económica. En última instancia, la clave para capitalizar el enorme potencial de Chiapas está en un cambio en la orientación del discurso productivo, que priorice la diversificación de la economía y la conquista gradual de sectores de mayor complejidad como herramienta para promover el crecimiento inclusivo.

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